La mayoría de las veces que nos viene un cliente, no tenemos ni idea de cuánto cobrarle, y nos inventamos doscientas variables para calcularlo. Pero ese no es nuestro único problema, cuando ya tenemos ese número, no sabemos si cobrarlo por adelantado o no, que % dejamos para el final, etc… Y si ya tenemos eso medio claro, nos da pavor decírselo al cliente, y estamos adelantandonos en nuestra cabecita a las excusas que pensamos que nos va a decir.